Salud

El sonido de una nueva vida: Implantes cocleares en Bolivia

Hace cuatro años, Cochabamba se posicionó como pionera, en contar con un equipo médico 100% boliviano, para la implementación de un procedimiento médico que está transformando la vida de quienes nacieron sin audición o la perdieron con el tiempo. Se trata del implante coclear, es la tecnología más avanzada disponible en la actualidad para el tratamiento de este tipo de patologías. Detrás de este avance se encuentran los médicos otorrinolaringólogos y especialistas en audición Joaquín Alfonso Reyes Miranda y Andrea María Salazar Alba, ambos formados en Buenos Aires en destacados centros de cirugía otológica e implantes cocleares de Argentina.

Pero, ¿qué es un implante coclear? Se trata de una prótesis auditiva indicada para casos de hipoacusia neurosensorial severa a profunda, es decir, para quienes han perdido la audición de forma casi total (comúnmente llamado sordera). A diferencia de los audífonos convencionales, que amplifican el sonido a un volumen conversacional, el implante convierte los estímulos acústicos en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo, permitiendo que el cerebro interprete los sonidos.

El dispositivo está indicado para cualquier grupo etario que cumpla con los criterios médicos de candidatura para el implante. “Se utiliza en dos grupos principales: niños que nacen sin audición o la pierden en los primeros meses de vida, y adultos mayores que se quedan hipoacúsicos por la edad, tratamientos como la quimioterapia, exposición al ruido o a sustancias ototóxicas”, explica Reyes.

Según la normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, sigla en inglés), los implantes pueden colocarse a partir del primer año de vida. En Argentina, los especialistas han realizado cirugías de implante a pacientes de hasta 94 años, siempre que su estado de salud lo permitiera. En los niños, el éxito del implante depende en gran medida del momento de la cirugía. Según Salazar, “cuanto antes se realice el implante, mejores son las posibilidades de que el niño desarrolle el lenguaje y logre una vida escolar y social plena”.

Durabilidad y seguridad

Los implantes cocleares modernos están fabricados con titanio y silicona, lo que los hace altamente confiables. Su tasa de falla es inferior al 2 %, y no requieren recambio periódico. “La parte interna, que se coloca durante la cirugía, no tiene batería ni piezas móviles, por lo que puede durar toda la vida”, subraya Reyes.

Los reemplazos sólo se realizan en casos excepcionales: fallas técnicas, infecciones graves o traumatismos craneales. El dispositivo externo —similar a un audífono colocado detrás de la oreja— sí requiere ajustes periódicos y puede actualizarse con el tiempo.

El éxito del implante no depende únicamente de la operación, también se debe tener en cuenta otros factores que están involucrados, como la rehabilitación auditiva y el acompañamiento familiar. En la primera etapa del proceso, el equipo médico incluye en el costo, la cirugía y sus correspondientes calibraciones durante el primer año con su audióloga, ya que algunos usuarios pueden abandonar el tratamiento por razones económicas.

Salazar comenta que “el mayor fracaso no es un implante que falle técnicamente, sino un paciente que deja de usarlo porque no percibe beneficios. Por eso trabajamos muy cerca de los terapeutas y las familias”.

Historias que conmueven

Entre sus casos recientes se encuentra el de una niña con malformación en ambas cócleas. Gracias al implante, ha logrado acceder a estímulos auditivos que de otro modo no tendría. El siguiente paso será colocarle un implante auditivo de tronco cerebral, otra alternativa para quienes no pueden recibir un implante coclear convencional.

Los usuarios que reciben un implante coclear y cumplen con las condiciones médicas y del entorno adecuadas, logran escuchar música, mantener conversaciones telefónicas y desenvolverse sin limitaciones en su vida cotidiana. En el caso de los niños, muchos de los que han sido intervenidos asisten a la escuela, continúan estudios universitarios y alcanzan una vida profesional plena.

Cada implante no es sólo un procedimiento médico, es la posibilidad de devolverle a una persona el derecho a escuchar, comunicarse y vivir plenamente, concluyen los especialistas.

SOBRE LOS MÉDICOS Andrea María Salazar Alba y Joaquín Alfonso Reyes Miranda son otorrinolaringólogos y subespecialistas en audición. Integran el equipo médico del hospital Univalle y del Centro de Otorrinolaringología Reyes Salazar, en Cochabamba, donde cuentan con el gabinete audiológico más completo del país. Ambos trabajaron en Buenos Aires (Argentina) y realizaron estudios de audiología en la Universidad de Salamanca (España). Son miembros de la Academia Americana de Otorrinolaringología y directivos de la Sociedad Boliviana de Otorrinolaringología. Reyes es docente en la Universidad Del Valle. Ambos forman parte del equipo audiológico de MED-EL.

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