Inglaterra conquista la Eurocopa Femenina 2025 en una final histórica que reafirma el auge del fútbol femenino

Por Fernando Figueroa (sociólogo especializado en derechos e igualdad de género a través del deporte)
El pasado domingo 27 de julio, el estadio St. Jakob-Park de Basilea fue testigo de un acontecimiento que trasciende lo deportivo: la selección femenina de Inglaterra se coronó campeona de la Eurocopa 2025 tras vencer a España en una final que rompió récords de asistencia, audiencia y expectativas sociales.
Con una capacidad colmada de 34.000 espectadores, el recinto suizo se convirtió en símbolo del crecimiento sostenido del fútbol femenino. A lo largo del torneo, se registró una asistencia total de 657.000 personas, superando ampliamente el récord anterior de 574.875 establecido en Inglaterra 2022. Este dato no solo refleja el interés creciente del público, sino también el compromiso de las federaciones europeas con la profesionalización del deporte.
En términos de audiencia televisiva, la Eurocopa Femenina 2025 alcanzó cifras sin precedentes: más de 400 millones de espectadores en transmisiones en vivo y una audiencia total que superó los 500 millones a nivel global. La final entre Inglaterra y España fue seguida por más de 45 millones de personas, consolidando al fútbol femenino como un fenómeno mediático de escala mundial.
Desde una perspectiva sociológica, este campeonato representa un hito en la lucha por la igualdad de género en el deporte. Las jugadoras de ambas selecciones han demostrado que el talento, la estrategia y la pasión no tienen género. España, que llegó a su primera final continental tras conquistar el Mundial en 2023 y la Nations League en 2024, ofreció una actuación memorable que confirma su consolidación como potencia emergente.

La victoria inglesa, liderada por una generación diversa y resiliente, reafirma el impacto de las políticas de inversión en el fútbol femenino. Clubes como el FC Barcelona y federaciones como la inglesa han apostado por la profesionalización, la mejora de infraestructuras y el desarrollo de academias juveniles. Estos esfuerzos han dado frutos tangibles, tanto en lo deportivo como en lo simbólico.
Es imperativo que clubes, federaciones y patrocinadores redoblen su compromiso con el fútbol femenino. Las cifras de retorno económico son contundentes: por cada dólar invertido, se estima un retorno promedio de 7,29 dólares. Pero más allá del beneficio financiero, invertir en este deporte es apostar por la equidad, la inclusión y la transformación cultural.
La Eurocopa Femenina 2025 no solo coronó a Inglaterra como campeona. Coronó también a millones de niñas que ahora sueñan con jugar en estadios llenos, a entrenadoras que luchan por condiciones dignas, y a sociedades que comienzan a entender que el fútbol femenino no es una promesa: es una certeza.